El pasado Viernes Santo (abril 10) fue un día memorable
para Irlanda, para Inglaterra y el mundo civilizado. Se firmó
el Pacto de Stormont por los principales protagonistas de un
conflicto que dejó en los últimos 30 años 3165 víctimas de
ambos bandos. La actual República de Irlanda (Eire) tiene por
capital a Dublin y comprende 32 condados, 6 de los cuales, al
Nordeste, conforman Irlanda del Norte (capital Belfast), la cual
es todavía parte del Reino Unido. Para entender bien el reciente
exitoso proceso de Paz es necesario subrayar algo de la historia
de ese país que es Irlanda, con una tierra clara, verde, sin
desiertos, y una gente sana, hospitalaria, trabajadora y
creyente.
SIGLOS DE CONFRONTACION
La historia de Irlanda es una historia convulsionada, en
la que se solapan dos enfrentamientos: el del nacionalismo
irlandés frente al colonialismo inglés, y el de un ortodoxo
Catolicismo frente a una poderosa rama del Protestantismo, la
Anglicana. En Irlanda el conflicto entre protestantes y católicos
data de 8 siglos.
Siglos I al XVI. Resulta interesante advertir que los
pueblos de origen céltico (los Gaels) instalados en lo que hoy
es Irlanda, no conocieron la conquista de los romanos ni las
transformaciones e instituciones que éstos impusieron al resto
de Europa, incluida Gran Bretaña. De ahí, también, que la Edad
Media, feudalista y monárquica, tachada de oscurantista, no fue tal en Irlanda. Allí fue una especie de Edad de Oro. El
Cristianismo Latino, que san Patricio aclimató en Irlanda,
unificó a los antiguos celtas, y a través de una red de monasterios
autónomos, hizo florecer el bello arte religioso y los
manuscritos iluminados (como el famoso Libro de Kells). En
el siglo XI, Guillermo Iº (el Conquistador), rey de Inglaterra y
luégo Enrique IIº junto con una élite de barones normandos, de
origen francés y claro estilo feudal, influyeron para que el
Cristianismo Irlandés se mantuviera bien alineado con Roma.
Siglos XVII al XIX. En 1603, las fuerzas inglesas
devastan y se adueñan de la provincia nororiental de Ulster.
Más tarde, en 1650, Oliver Cromwell acalla una rebelión
imponiendo toda la autoridad inglesa sobre Irlanda.Tierras
confiscadas a los señores católicos fueron adjudicadas a señores
ingleses. En 1690, la derrota que Guillermo IIIº inflige al rey
Jacobo Iº (apoyado por los católicos), consolida un largo
dominio para la élite protestante irlandesa. Dominio que dura
hasta el siglo XIX (1829), cuando es fuertemente cuestionado
por el Movimiento de Emancipación Católica, liderado por
Daniel O’Connell.
Siglo XX. Un fuerte movimiento nacionalista, apoyado
por los católicos, comenzó a exigir a Inglaterra un estatuto de
“Home Rule”, un Parlamento autónomo para darse sus propias
leyes. Dicho proyecto se congeló por la Primera Guerra Mundial
(1914-1917). Previendo que en dicho Parlamento la comunidad
protestante iba a quedar en minoría, se impugnó por parte de
ésta el Acta de “Home Rule”. Ante el peligro real de una guerra
civil, tras un acuerdo de las partes se creó el Estado Libre
Irlandés (Constitución de 1922, reformada en 1937), llamado también
Eire o República de Irlanda. Es un Estado autónomo, pero
dentro de la Commonwealth Británica, que permite a Irlanda
del Norte tener un parlamento propio no sujeto a dominio
externo. Pero el sueño de un Estado de Irlanda del Norte parece quedó sepultado por la imposición de la “direct rule “o dominio
directo de Londres, en 1972 , siendo Primer ministro Brian
Faulkner.
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