miércoles, 25 de mayo de 2016

Henry Dunat


Nacido en Ginebra el 8 de mayo de 1828, Dunant proviene de una familia calvinista muy piadosa y caritativa. Sin haber terminado sus estudios secundarios inicia como aprendiz una formación en un banco ginebrino. En 1853, llega a Argelia para encargarse de la dirección de la colonia suiza de Setif. Se lanza en la construcción de un molino para trigo, pero no obtiene la concesión de territorio indispensable para hacerlo funcionar. Tras un viaje a Túnez, regresa a Ginebra. Decide entonces acudir a Napoleón III para obtener el documento que necesitaba.
En ese momento, el emperador está al mando de las tropas franco-sardas que luchan en el norte de Italia contra los austríacos. Henry Dunant decide dirigirse al sitio mismo para encontrarse con él. Así presencia el final de la batalla de Solfer ino, en Lombardía.



  

  De regreso a Ginebra, escribe he wrote Recuerdo de Solferino , que más tarde conduciría a la creación del Comité Internacional de Socorros a los Militares Heridos (futuro Comité Internacional de la Cruz Roja). Dunant es miembro de dicho Comité y asume su secretariado. Desde entonces se hace célebre y es recibido por los jefes de Estado, los reyes y los príncipes de las cortes europeas. Pero sus negocios van mal y, en 1867, se declara en bancarrota. Totalmente arruinado, adquiere una deuda de cerca de un millón de francos de la época.

  Dunant renuncia al Comité  
     
Tras el escándalo suscitado en Ginebra por esta quiebra, dimite de su cargo de secretario del Comité Internacional de la Cruz Roja y, el 8 de septiembre de 1867, el Comité decide aceptar su dimisión no solamente como secretario, sino también como miembro. Dunant parte para París, donde se ve obligado a dormir sobre los bancos públicos, pese a que, al mismo tiempo, la emperatriz Eugenia lo convoca al palacio de las Tullerías para consultarle sobre la ampliación del Convenio de Ginebra a la guerra marítima. Posteriormente, es nombrado miembro de honor de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja de Austria, Holanda, Suecia, Prusia y España.
Durante la guerra franco-prusiana de 1870, visita y reconforta a los heridos llevados a París e introduce el porte de la placa de identidad que permitirá identificar a los muertos. Restablecida la paz, Dunant se dirige a Londres desde donde procura organizar una conferencia diplomática para reglamentar la suerte que corren los prisioneros de guerra; aunque recibe el apoyo del zar, Inglaterra es hostil al proyecto.
  Años de pobreza  
El 1 de febrero de 1875, por iniciativa de Dunant, se inaugura en Londres un congreso internacional para " la abolición completa y definitiva de la trata de negros y el comercio de esclavos " . Posteriormente llegan, para Dunant, años de deambular y de miseria total; viaja a pie por Alsacia, por Alemania y por Italia, y vive de la caridad y de la hospitalidad de algunos amigos.
Finalmente, en 1887, termina en una aldea suiza desde la que se divisa el lago Constanza: Heiden. Enfermo, se refugia en el hospicio del lugar y es allí que, en 1895, lo descubrirá un periodista, Georg Baumberger. Éste le dedica un artículo que, a los pocos días, es retomado por la prensa de toda Europa. Del mundo entero le llegan a Dunant mensajes de simpatía; de un día para otro, vuelve a ser celebrado y honrado. En 1901 recibe el primer Premio Nobel de la Paz.
Henry Dunant muere el 30 de octubre de 1910. En la fecha de su nacimiento, el 8 de mayo, se celebra el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.


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